30 diciembre 2010

Qué hacer....cuando no hay nada que hacer?

Ahora que estaba disfrutando de una vida digna me la han destrozado no sé cómo, pero lo han hecho. ¿Qué está pasando con mi perfecta vida?, se preguntan millones de personas a las que hace “cuatro días” la vida les sonreía y hoy se encuentran en la más profunda desolación.

Ayer noche en una tertulia de radio en la que hablaban de cómo está repercutiendo la crisis en la clase trabajadora escuché de uno de los contertulios la palabra desolación y se me clavó en el corazón.
Me propuse que mañana o sea hoy, escribir algo sobre la desolación que está consumiendo a la gente trabajadora de este país y sinceramente no me viene nada nuevo a la cabeza que no hayamos comentado en infinidad de ocasiones y no quiero ser repetitivo, porque todos lo sabemos y lo vivimos si no en nuestras carnes, en las del vecino, en las de un amigo o en las de un familiar.
La falta de trabajo está generando millones de personas que viven en la pobreza y no debemos olvidarlo ni consertirlo.

Tenemos que aportar cada uno de nosotros nuestro granito de arena para luchar contra la pobreza y la desolación que sufren nuestros vecinos, por lo tanto y desde aquí pido a los que todavía podemos y por poco que sea una pequeña ayuda económica a algún organismo y que bajo un control estricto recaude fondos para ayudar a los más necesitados y a los que no pueden ayudar económicamente pedirles un poco de su tiempo para trabajar por los demás.
Una manera sería que en los Ayuntamientos (casa del pueblo) se pusieran unas huchas grandes donde se pudiera aportar ayuda económica de manera anónima y que el control y aplicación de la recaudación la controlara un grupo de personas ajenas a las instituciones.
Podría ser una manera de evitar y luchar contra la angustia y la gran desolación que está sufriendo una parte de la sociedad.
Me apunto y tú si estás dispuest@ a colaborar contacta conmigo bien en Facebook (Pepe Martínez) o al e-mail bikoka.bcn@gmail.com

Este escrito se puede mejorar en su redacción pero no me preocupa hoy la redacción, me preocupa llegar a la buena gente y creo que no hace falta más para despertar nuestra generosidad. Feliz Año Nuevo a TODOS.

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