Sobre las farolas algo puedo decir, si bien no voy a mencionar personas ni datos muy específicos a fin de no “meterme en el jardin” y salir trasquilado, que para eso ya está la oposición que además de ser su trabajo, tiene más información que yo.
Versión popular de los hechos:
La empresa Rogasa contrató a la empresa Fhreelander Services (o algo así) la entrega del mobiliario urbano que se había retirado de la calle Mayor para que lo llevara a las instalaciones que tiene la Brigada Municipal en el Polígono Can Milans. Parece que así se hizo.
De las 80 farolas y los bancos de hierro, se tiraron a la chatarra 15 ó 20 las cuales junto con otras chatarras que había en el almacén se vendieron a una chatarrería de Ripollet siguiendo instrucciones según parece del Responsable de la Brigada y por cuya venta se percibieron 1.400€ parte de los cuales se utilizaron para celebrar la comida de Navidad del personal de la Brigada a la que asistieron tanto el Responsable de la Brigada como el regidor de Servicios.
El resto del dinero unos 600 ó 700€ se guardó para otras celebraciones en el futuro.
Según parece se viene haciendo desde hace años y el dinero procedente de la venta de chatarras en lugar de ingresarse en las arcas del municipio se le da este destino.
Además de la utilización de dinero público para celebrar la comida navideña que yo creo que es delito, faltan por aparecer unas 60 farolas y bancos que estaban en buen uso y que nadie sabe donde están o al menos de momento no se sabe ni se tiene información.
ICV-EUiA terminó su intervención en el Pleno de Abril preguntando ¿Quién ha consentido y callado? además amenazó con llevar el asunto a los Juzgados.
No es un tema menor ya que demuestra la falta de control y una manera de hacer que no debe quedar en el olvido. Es más, visto lo visto y si es verdad que las cosas han sucedido así, la oposición además de denunciar en los Juzgados debe exigir una Auditoria Económica a realizar por externos, todo ello para garantizar tanto la transparencia en la gestión como el buen uso y destino del erario público.
De las 80 farolas y los bancos de hierro, se tiraron a la chatarra 15 ó 20 las cuales junto con otras chatarras que había en el almacén se vendieron a una chatarrería de Ripollet siguiendo instrucciones según parece del Responsable de la Brigada y por cuya venta se percibieron 1.400€ parte de los cuales se utilizaron para celebrar la comida de Navidad del personal de la Brigada a la que asistieron tanto el Responsable de la Brigada como el regidor de Servicios.
El resto del dinero unos 600 ó 700€ se guardó para otras celebraciones en el futuro.
Según parece se viene haciendo desde hace años y el dinero procedente de la venta de chatarras en lugar de ingresarse en las arcas del municipio se le da este destino.
Además de la utilización de dinero público para celebrar la comida navideña que yo creo que es delito, faltan por aparecer unas 60 farolas y bancos que estaban en buen uso y que nadie sabe donde están o al menos de momento no se sabe ni se tiene información.
ICV-EUiA terminó su intervención en el Pleno de Abril preguntando ¿Quién ha consentido y callado? además amenazó con llevar el asunto a los Juzgados.
No es un tema menor ya que demuestra la falta de control y una manera de hacer que no debe quedar en el olvido. Es más, visto lo visto y si es verdad que las cosas han sucedido así, la oposición además de denunciar en los Juzgados debe exigir una Auditoria Económica a realizar por externos, todo ello para garantizar tanto la transparencia en la gestión como el buen uso y destino del erario público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario