Sin resentimiento pero sin pedir perdón.

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http://politica.e-noticies.cat/rosa-diez-estoy-en-espana-44927.html


No más de 80 y todos afiliados han asistido a un acto organizado por UPyD en Barcelona con la asistencia de Fernando Savater y Rosa Díez.
Tanto uno como la otra han estado en su línea y han repetido sus ya conocidos mensajes a unos afiliados que ya los conocen sobradamente. Por qué digo esto? Porque el poder que tiene UPyD de convocatoria en Catalunya es inexistente. A los actos que organiza UPyD en Catalunya van los cuatro amigos de siempre y últimamente se les nota incluso un cierto distanciamiento entre ellos.
Desde que en Marzo pasado el grupo de Antonio Robles se hiciera con la Dirección del partido en Catalunya, UPyD en Catalunya se ha ido desmoronando y se está convirtiendo en poco más que un grupo de amigos en el Facebok, eso sí al que se unen gente de UPyD de toda España y claro hacen bulto.
Robles no da el perfil que la militancia catalana de UPyD quería. Con su desembarco en UPyD, Robles de manera democrática obtuvo junto con un grupo de personas allegadas a él, la dirección del partido en Catalunya. Y ahí empezó la debacle.
Seguramente ganará las primarias para ser el cabeza de lista para las próximas autonómicas de Catalunya, al igual que ganó en las urnas la dirección del partido, pero eso no quita que la militancia antes de incorporarse el grupo de Robles al partido apostara por un perfil de “persona normal”, es decir una persona joven, preparada, abierta al diálogo y con deseo de trabajar por y para el interés de UPyD y no para intereses personales para buscarse una manera de entrar en el Parlamento catalán y mantener el escaño que tenía con Ciutadans, el cual tenía perdido desde hacía mucho tiempo por sus desavenencias con Albert Rivera.
En UPyD de Catalunya hay personas que reúnen condiciones para presentar al pueblo catalán un candidato que genere ilusión en el proyecto, pero especialmente la pasividad de
la dirección nacional del partido y la falta de estructura en Catalunya propició el desembarco.
Desembarco que ha fragmentado el partido en Catalunya, convirtiendo su masa social en pequeños núcleos ajenos entre sí y especialmente con la dirección territorial.
La falta de estructura era debida al poco tiempo que llevaba establecido el partido en Catalunya y a la falta de experiencia política de unos pocos afiliados que con trabajo e ilusión creían en un proyecto en el cual continúan confiando, pero no encuentran razones que les mantenga en su lucha salvo Rosa Díez, la cual queramos a no sigue siendo Moisés para la militancia catalana de UPyD que les guía por una senda que aunque dificultosa dará sus frutos.
Si hablas con uno o con otro y teniendo en cuenta la confianza que te tienen, te dicen que todo pasará que cuando las autonómicas acaben y los resultados no acompañen, todos esos que han venido buscando un sitio, se marcharan y el partido volverá a ser lo que nunca debió dejar de ser “Unión, progreso y democracia”, su propio nombre lo dice.
Un partido donde no caben todos, con un objetivo integrador donde nadie es más que nadie y todo el mundo necesario y respetado.
No quiero terminar sin poner de manifiesto mi respeto por UPyD y en especial por la buena gente que lo forman, pero también quiero decir que el poder de convocatoria de UPyD en Catalunya es nulo, debido posiblemente a que los medios de comunicación no os consideran tan importantes como vosotros os creéis.
Se hablaba de que Ciutadans iba a desaparecer entre otras cosas por la aparición de UPyD en Catalunya, incluso se habló de presentarse juntos al Parlamento catalán. No fue así. Creíamos en nuestras fuerzas y desestimamos una gran oportunidad unir fuerzas y conseguir presencia en el Parlamento Catalán, cosa que en la actualidad me parece imposible.
Una pregunta que me hago es cual hubiera sido el papel de Antonio Robles si hubiera sido así.
Yo abandoné UPyD hace unos pocos meses para dedicarme a un proyecto político de ámbito local y cuando escribo o hablo de UPyD no lo hago desde el resentimiento pero sí desde la clarividencia que te da estar fuera.